Desde el cuidado del cesto de la ropa hasta el uso de aceites esenciales, te compartimos consejos prácticos para que cada prenda que uses te envuelva en una fragancia irresistible.
El aroma a recién lavado es una sensación que nos encanta. Para ello existen algunos trucos muy sencillos que merecen la pena, ya que su resultado puede marcar la diferencia. Toma nota de estas ideas para que ponerte la ropa tenga ese efecto tan agradable. Desde el momento en que colocas la ropa en el cesto hasta el instante en que la guardas en el armario, cada paso es crucial para mantener ese aroma fresco y limpio.
Todo empieza cuando echamos la ropa sucia en el cesto. Es imprescindible no dejar prendas húmedas. Para evitarlo, lávalas inmediatamente o tiéndelas para que se sequen antes. Este simple hábito puede prevenir la acumulación de malos olores que son difíciles de eliminar después. Además, asegúrate de que el cesto esté limpio y seco, ya que un ambiente húmedo puede ser el caldo de cultivo perfecto para el moho y los olores desagradables.
Elige el modo apropiado de la lavadora

Para saber qué modo elegir, puedes fijarte en las etiquetas de la ropa. Pero por norma general, sigue estos consejos: lavar justo después de usar ropa de deporte, calcetines, ropa interior, camisetas interiores o mallas; no mezclar la ropa muy sucia con la más delicada y revisar las instrucciones del detergente y suavizante. Un ciclo de lavado adecuado no solo protege tus prendas, sino que también potencia el aroma del detergente y suavizante que elijas.
Acaba con los malos olores
Si hay algunas prendas que huelen especialmente mal por manchas de sudor, de vino o por humedad, prueba a dejarlas antes en remojo durante unas horas con agua, vinagre blanco o un limpiador. También puedes poner en el tambor medio vaso de bicarbonato. Este paso adicional puede ser la clave para eliminar olores persistentes y dejar tus prendas listas para un lavado efectivo.
Seca bien la ropa
Uno de los olores más desagradables cuando te vas a poner una prenda que has lavado es el olor a humedad. ¿Por qué ocurre esto? Una razón es que no se ha secado correctamente. Para conseguirlo sigue estos consejos: sácala de la lavadora en cuanto termine el programa de lavado. Si la dejas más tiempo puede coger ese desagradable olor a humedad e incluso puede aparecer moho. A continuación, tiende las prendas ligeramente separadas entre sí, en un espacio seco y con ventilación y, si es posible, al aire libre.
Cuidado con las cantidades de detergente y suavizante
Un error común es echar más cantidad de productos pensando que así olerá mejor. Pero esto no es necesariamente así, es más, podemos conseguir el efecto contrario. Podemos provocar que no se aclare bien y acabe oliendo peor. Así que la recomendación es seguir las instrucciones con las cantidades indicadas por el fabricante, poniendo incluso un poco menos. Si hay manchas difíciles no pongas más jabón, en lugar de eso añade un poco de quitamanchas adecuado al caso. Por último, para el suavizante, elige una fragancia que te guste.
Utiliza aceites esenciales
Además de para aromatizar la casa, también puedes usarlos para añadirlos a la lavadora. Para hacerlo, inclúyelo en la última fase de lavado, deteniendo el ciclo y añadiendo en el tambor unas cuantas gotas del aceite esencial escogido. Según el resultado, ve adaptando la cantidad en los siguientes lavados. Este toque final puede transformar el aroma de tu ropa, dándole un toque personal y único.
Guarda bien la ropa
Una vez conseguido un buen lavado y secado, es importante guardar la ropa correctamente. Es fundamental limpiar el armario y los cajones con frecuencia. Además, puedes seguir alguno de estos consejos: en primer lugar, pulveriza con sprays con alguna fragancia que te guste en el interior de los armarios o incluso sobre la ropa. Y, en segundo, cuelga saquitos de tela de olor. Puedes comprarlos o hacerlo tú mismo. Estos pequeños detalles aseguran que el aroma perdure hasta el momento en que decidas usar cada prenda.
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