En la vida, ser una mujer inteligente o sabia puede marcar la diferencia en cómo enfrentamos las adversidades. Aunque a menudo se confunden, cada una tiene características únicas que definen su personalidad.
En la vida solo hay de dos: eres inteligente o eres sabia, pero siempre con la mejor actitud para enfrentar las adversidades del día a día. Es posible que todo este tiempo hayas pensado que la inteligencia y la sabiduría son lo mismo. Pero, en realidad, cada una tiene rasgos que definen tu personalidad. ¿Cómo saber si eres una mujer u otra?
Viviendo el momento
Una mujer inteligente es aquella que no tiene miedo a vivir el momento, es capaz de disfrutar la vida sin compañía y, sobre todo, no le teme a los cambios. La vida la ha tratado tan rudo, que siempre está preparada para lo que viene. Pero, ¿qué hay de la sabia? Es una mujer que está consciente de que los días no son perfectos, tiene la estabilidad emocional para no solo enfrentar, sino también ayudar a los otros.
Intuición y empatía

Las mujeres inteligentes tienen los sentidos bien desarrollados, por ahí las llaman adivinas, son de las que mucho antes avisan lo que puede pasar y cuando la persona comete el error, estarán más que listas para un “te lo dije”. La mujer sabia, es capaz de ponerse en el lugar de la persona que se equivoca. De hecho, es posible que algunas veces finja no estar enterada del problema, para no hacer sentir mal a la persona.
Autosuficiencia y guía
La mujer inteligente, no es de las que espera que los demás le solucionen, es autosuficiente y capaz de tomar las riendas del problema, no importan las consecuencias. La mujer sabia, tiene el espíritu de guiar, le gusta alumbrar el camino de las personas que se encuentran a la deriva, son las que impulsan a la pareja y les gusta estar ahí cuando todo está mal.
Educación de los hijos
La mujer inteligente no es tolerante con las faltas de sus hijos, va a hacer todo lo que esté en sus manos, porque ellos tengan buenas calificaciones y hagan las cosas bien. La mujer sabia, entiende que tal vez sus hijos no sean buenos para las matemáticas, pero no los presionan, dejan que sus deseos y sus verdaderas habilidades salgan poco a poco.
Obsesión por las metas
La mujer inteligente, se obsesiona con sus metas, ella es de las que se exige hasta cumplir cada una de sus metas, es posible que muchas veces se equivoque, pero no lo va a admitir. En cambio, la mujer sabia, sabe que el camino hacia el éxito no siempre es recto y está dispuesta a aprender de cada error.




